Análisis historiográfico de Los viajes de Gulliver


Valerie H.


Los viajes de Gulliver es una sátira política escrita por Jonathan Swift y publicada en 1726. En ella, el protagonista, Lemuel Gulliver, es el tercer hijo de una familia burguesa que fue enviado a la universidad y se convirtió en médico. Gulliver decide trabajar en barcos y navegando por el mundo porque considera que es la forma más sencilla de hacer fortuna. Desde ese momento, Gulliver sella su destino para embarcarse en una aventura porque, de acuerdo a Moretti (2013), para inicios del siglo XVIII, la figura del mercader aventurero se había racionalizado hasta convertirse en la de un «mercader explorador».


Liliput

Durante el primer viaje, su barco naufraga y termina en una tierra desconocida llamada Liliput, donde todas las personas son más pequeñas que un dedo. Aparentemente, es una sociedad culta, con un Emperador. En la Corte se dan espectáculos de danza, los bailarines son las personas que quieren aspirar a un alto cargo y favor en la Corte, esto lo hacen ante el rey «aquel que salta mejor, sin caerse, obtiene el empleo» (pp. 23), por lo que no es tanto el mérito o la experiencia en un campo lo que propicia una promoción, sino el capricho del rey.

Esta nación tiene como principios el honor, el valor, la justicia, la modestia, la clemencia, la religión y el amor a su patria. Tanto es su amor por la religión que incluso están en guerra con una nación vecina, Blefescu por la forma en la que cascan los huevos. Históricamente se hace por el lado más ancho, pero el Emperador decretó que se hiciera por el más angosto para evitar accidentes; esto generó revueltas internas y muchos liliputienses se refugiaron en Blefuscu, quienes acusaron a Liliput de «provocar un cisma religioso» (pp. 33) puesto que según el libro de la doctrina del profeta Lustrog, considerado como un Corán, y aparentemente venerado en ambas naciones, «“todo verdadero creyente cascará sus huevos por el lugar oportuno”. Y el lugar oportuno (...) debe ser dejado a la conciencia de cada persona» (pp. 33), aludiendo a la ambigüedad de la interpretación de las escrituras sagradas. Igualmente existe una guerra civil no declarada oficialmente entre los partidarios del tacón alto en los zapatos y los defensores del tacón bajo, ambas situaciones recuerdan a las luchas ideológicas entre católicos y protestantes.

También son partidarios del decoro y las buenas costumbres. Hay leyes fundamentales que dictan qué se debe hacer en palacio y qué no y, cuando Gulliver es convocado para ayudar en un incendio en palacio, la única opción que él ve para salvarle la vida a la reina y sus hijos es orinarse sobre el edificio. Aunque sirvió para los propósitos, la reina no se lo perdonó y más adelante esto fue usado como excusa para acusarlo de alta traición, castigo que iban a darle sacándole los ojos.

Al final, él logró escapar de Liliput porque un secretario de la corte le avisó de lo que planeaban hacer, terminó refugiado en Blefescu y el rey de allí le prestó ayuda para construir un bote que luego usó para volver a Inglaterra. Sin embargo, Gulliver permanece poco tiempo en su hogar y pronto se embarca en otro viaje dejando a su familia atrás, porque su «afán insaciable de ver tierras extranjeras no me permitió continuar con ellos más» (pp. 58). Esta situación se repite constantemente durante toda la obra.


Brobdingnag

En el segundo viaje va a Brobdingnag, una sociedad de gigantes que a Gulliver le parecen horrorosos físicamente. Una de sus características es la racionalidad pues, por ejemplo, cuando tratan de determinar qué tipo de criatura es el personaje, ellos llegan a la conclusión de que Gulliver es un «relplum scalcatch», un lusus naturae porque, a pesar de las observaciones y argumentos que posaron sobre su naturaleza, no logran llegar a un acuerdo satisfactorio. Gulliver hace una comparación aquí con los filósofos ingleses modernos que desdeñan la filosofía evasiva de Aristóteles y todos los "antiguos" que preferían mejor no mencionar lo que no conocían. Calinescu (2005) ya hace una observación sobre esta cualidad al mencionar que algunos modernos tendían a criticar el razonamiento de los antiguos aun sabiendo que no poseían los mismos conocimientos que los modernos. A este respecto, Gulliver también da a entender que no deberían enorgullecerse de su modernidad porque siguen sumidos en su propia ignorancia y que, al tratar de disimularla, han recurrido al lusus naturae como «solución de todas las dificultades que se oponen al indiscutible progreso del conocimiento humano» (pp. 81).

A pesar de esto, esta sociedad basa su gobierno en la racionalidad y el sentido común, además de que aprecian el trabajo duro y eficiente, porque «cualquiera que pudiese hacer crecer dos espigas de grano (...) donde antes sólo crecía una, habría prestado mejor servicio al género humano y a su país que cuantos pudieran prestar (...) toda la ralea de los políticos» (pp. 105). Estas características, pertenecientes a la burguesía y a la modernidad, se extienden a la nobleza y en la Corte, porque la idea del decoro y la vida parasitaria les resulta ridícula:

(...) de haber visto entonces una reunión de damas y señores ingleses en sus mejores y más ricos trajes de gala, desempeñando del modo más cortés sus diversos papeles en el mundo, charlando, haciendo reverencias, dándose importancia, habríame (...) sentido tan tentado de reír como el rey (pp. 82-83).

Los gigantes de Brobdingnag, rechazan los privilegios de la nobleza inglesa y su afán por estar en el favor del rey, quien a su vez es criticado por otorgarlo por cuestiones distintas al mérito como el humor de un príncipe o incluso el soborno. Les parece increíble que sólo ciertas personas puedan ser elegidas para participar en las asambleas, que aquellos que reciben puestos lo hacen a costa de la ruina familiar y para trabajar sin paga, llegando a sospechar que «semejantes sentimientos no fuesen sinceros y (...) sin tan celosos señores no tendrían algún propósito de resarcirse de los gastos y trabajos aludidos, sacrificando la conveniencia pública a los designios de un príncipe débil y vicioso en conjunción con un ministro corrompido» (pp. 99). Sieyés (1751) se refiere a esta circunstancia como privilegio honorífico que es otorgado a quien ha hecho un gran servicio al cuerpo social, al pueblo, pero según lo que retrata Gulliver, el interés por mantener el estatus y una buena imagen pública, es lo que impulsa a la nobleza a pertenecer a estos ámbitos políticos.

Otro aspecto a considerar es que a los gigantes les sorprende la idea de «un ejército mercenario organizado en tiempos de paz y viviendo en medio de un pueblo libre» (pp. 100) porque para estos gigantes «la casa de un hombre privado no podía ser mejor defendida [que] por él mismo, sus hijos y familia que por media decena de bribones escogidos a la ventura en las calles, asalariados por una escasa soldada y que podían ganar cien veces más cortandonos la cabeza». Contrariando al espíritu moderno y a la idea de una nación absolutista, como describe Crossman (1986), en Brobdingnag no hay un ejército profesional, sino que está compuesto por comerciantes, campesinos y artesanos, siendo estos comandados por nobles e hidalgos, a los que no se les pagaba bajo el razonamiento de que estaban defendiendo su hogar y por tanto no necesitaban compensación económica, simplemente se basaban en el honor. La razón detrás de esto se dio porque en el pasado hubo una guerra civil entre «la nobleza contendiendo por el poder, el pueblo por la libertad y el rey por el dominio» (pp. 101).


Lupata

Durante su tercer viaje, Gulliver llega a Lupata, una nación ubicada en una isla voladora, en la que sus habitantes están «absortos siempre de tal modo en grandes especulaciones» (pp. 126) que necesitan a un golpeador, un servidor, que los asista cuando caminen porque están «en peligro de despeñarse por todos los precipicios y de romperse la cabeza contra todos los postes» (pp. 126). Debajo de Lupata hay una zona continental llamada Balnibarni, ambas representan los extremos de la nación, Lupata al estar en el cielo, representa el distanciamiento de la corte con la realidad. Abajo en la tierra, el estado de la continental Balnibarbi muestra las consecuencias de tener un reino gobernado por entusiastas ilustrados. Gulliver nota al pasear por Lagado, la capital de Balnibarbi, la pobreza y el descuido de los edificios y la ropa y los campos mal cultivados. Esto es una crítica a la ciencia, especialmente a aquella que no tiene una aplicación práctica. En la obra se cuestionan los efectos y costos de una sociedad que celebra y promueve el progreso científico sin más, hecho que recuerda lo dicho por Rousseau (1751) cuando afirma que

las ciencias, las letras y las artes extienden guirnaldas de flores sobre las cadenas de hierro con las que se cargan los hombres, sofocan en ellas el sentimiento de esa libertad original para la que parecían haber nacido, les hacen amar su esclavitud y en forma lo que se llaman pueblos civilizado

Si bien en esta obra no se habla precisamente de una exaltación de las cualidades militares, si se muestra el olvido del porvenir de la nación porque al dedicarse a proyectos sin sentido que nunca «habían conseguido perfección (...) el país había caído en miseria».


El país de los Houyhnhnms

Gulliver había decidido quedarse en Inglaterra y no volver a viajar. Tras un tiempo de aburrimiento, es persuadido de regresar al mar, esta vez como capitán del barco. Al poco tiempo de navegar, un motín entre la tripulación trajo consigo que quedase abandonado en una isla. Allí conoció a dos civilizaciones distintas entre sí: los yahoos y los houyhnhnms, estos últimos son quienes gobiernan dicho territorio.

Los yahoos son seres humanos quienes viven de forma salvaje, siempre sucios y, además, despojados de cualquier rasgo de civilidad. Por su parte, los houyhnhnms son caballos parlantes, «dotados por naturaleza con una general disposición hacia todas las virtudes y, no teniendo concepto alguno de lo que puede ser el mal en una criatura de razón, su máxima esencia es cultivarla y ser totalmente gobernados por ella», debido a esto tienen un sentido moral infinitamente superior al de los seres humanos.

Cuando Kant (1783) plantea la cuestión de la minoría de edad como el estado que hay que superar para poder ser libres, establece que uno de los obstáculos son los tutores que frenan el paso a la mayoría de edad, cohersionando el ser. Los houyhnhnms critican este tipo de educación, diciendo que «confiar el cuidado de nuestros hijos a tan inútiles animales era (...) el mayor ejemplo de brutalidad que existía». La visión que estos seres tienen sobre los humanos es cínica, los consideran irracionales, movidos por la corrupción, la avaricia y el ansia de poder. En cierto sentido, la imagen de bestialidad y de incivilidad es proyectada sobre la sociedad inglesa que está inmersa en la corrupción, la pereza, la ignorancia, la perversión, el egoísmo y la frivolidad.

Gulliver se siente atraído tanto por esta nación que cada día aumenta su aversión a la raza humana; aunque, finalmente, en contra de su voluntad, es desterrado de allí, teniendo que regresar a Inglaterra.



Referencias bibliográficas

Calinescu, M. (2005). Cinco caras de la modernidad: Modernismo, vanguardia, decadencia, kitsch, posmodernismo. Tecnos.

Crossman, R. H. S (1986). Los inicios del Estado Moderno en Biografía del Estado Moderno. Fondo de Cultura Económica.

Kant, E. (1783). Respuesta a la pregunta ¿qué es la ilustración? http://users.df.uba.ar/solari/Docencia/Complejos/kant1.pdf

Moretti. F. (2013). Un amo trabajador en El burgués: Entre la historia y la literatura (pp. 39-86). Fondo de Cultura Económica.

Rousseau, J. J. (1751). Discurso sobre las ciencias y las artes. Biblioteca Virtual Universal.

Sieyés, E. (2003). ¿Qué es el Tercer Estado? Precedido de Ensayo sobre los privilegios. Alianza.

Swift, J. (1984). Los viajes de Gulliver. Oveja Negra.