La connotación negativa del filtro del amor en Tristán e Iseo versus Harry Potter


Valerie H.


Polvo de perla[1]: el ingrediente principal

En la literatura medieval, la leyenda de Tristán e Iseo es el ejemplo más conocido del uso de los filtros de amor y las consecuencias que estos atañen. Este representa cierto tipo de dimensión fantástica porque es una fuerza que, en principio, se impone a la voluntad de los amantes, que los despoja de toda razón, pues a pesar de vivir marginalizados y de llevar una vida dura “por su amor mutuo, no lo padecen” (Béroul 1785), aunque el mismo poema deja entrever que ambos son conscientes de que lo que sienten no es natural: “si me ama es por el brebaje” (1384) dice Tristán y “no me ama, ni yo le amo / sino por [efecto de] un brebaje que bebí” (1412-13) señala también Iseo.

Abandonarse al amor los conduce al adulterio y los fuerza a cortar por completo sus lazos familiares y el lugar que, por su condición social, ostentaban. Es un amor que los aísla de una sociedad que antes los reverenciaba. Denis de Rougemont, en Amor y Occidente, propone a la historia de Tristán e Iseo como un mito, el mito del adulterio, en el que se depositan “las realidades colectivas o… comunes” (19), un reflejo del deseo de la sociedad medieval a oponerse a las costumbres sociales; pero también una historia moralizante que ejemplifica la destrucción a la que los amantes pueden llegar si se dejan consumir por la pasión que ofrece este tipo de amor. El filtro, en este contexto, funciona como una forma de justificar la transgresión, de “hacer la pasión menos humana” (Hernando 6) y de lograr cierto tipo de aceptación de una sociedad controlada por la moral dictada por una religión conservadora.

Más de ocho siglos después, la connotación negativa del filtro amoroso continúa, esta vez representada en la literatura juvenil contemporánea que toma algunos de los elementos del ideal medieval para construir un universo fantástico. El núcleo de la serie Harry Potter se encuentra en el amor, tanto el filial como aquel que es romántico. Durante la historia, vemos que la magia y el amor están entrelazados, pues el amor es representado como el elemento más poderoso del que puede disponer una persona, es más fuerte que la magia y que incluso la muerte, según Dumbledore. Sin embargo, esto no quita el hecho de que el amor pueda ser tergiversado, usado para el mal, con la ayuda de la magia, como ocurre en la serie. Uno de los ejemplos más claro de esto son los filtros de amor que, si bien no están prohibidos por el Ministerio de Magia, como se muestra a través de diversas escenas en La cámara secreta, El prisionero de Azkaban y El misterio del príncipe[2], terminan representando un dilema ético que puede llevar a consecuencias desastrosas.


El caldero a fuego lento

La historia del cómo llega a nacer el villano de Harry Potter es contada a través de las especulaciones de Dumbledore, quien le deja entrever a Harry que Merope Gaunt, encaprichada por Tom Ryddle[3], pudo haber utilizado un filtro de amor en él para huir de una vida de desdicha bajo el control de su familia (Rowling 208). Ambos se casan y viven un tiempo juntos, hasta que un año después Merope deja de darle el filtro y Tom termina por abandonarla.

El filtro de amor en Harry Potter “no crea amor. Es imposible crear o imitar el amor. Sólo produce un intenso encaprichamiento, una obsesión” (183) y, a diferencia de Tristán e Iseo, que parecían estar conscientes de su situación, Tom Ryddle muy probablemente creía que Merope era el amor de su vida y en su mente no había razón para dudar de este hecho, ni lamentarse por su situación. Bassham, en su ensayo titulado “Love Potion No. 9¾”, sostiene que Merope, por su parte, no amaba tampoco a Tom Ryddle, o por lo menos no lo suficiente porque, precisamente, le da a beber un filtro de amor, privándolo de su voluntad propia (88) y de la posibilidad de enamorarse realmente de ella.

La cuestión de la existencia verdadera del amor también es explorada en el poema de Béroul pues como se mencionó antes, los amantes parecen ser conscientes de que se “aman más no se aman” (Rougemont 40). La ambigüedad que presenta este elemento da paso para preguntarse si se aman porque el filtro crea la emoción o si, por el contrario, este “es una coartada para los amantes que actúa como una fuerza que atrae, anulando la voluntad de los protagonistas, víctimas de una suerte de sortilegio que disfraza su verdadero amor” (Berenstein 13), afirmación que podría confirmarse por el hecho de que el amor revive después de que el filtro pierde sus efectos. Sin embargo, Rougemont también sostiene que no necesariamente se aman el uno al otro, sino que ambos pueden amar la idea del amor (42) y eligen estar juntos para poder experimentar esa pasión. Es una dualidad interesante de considerar, y para efectos de este artículo, ayuda a consolidar una similitud en la psique de los personajes de ambas historias.

Otra de estas que se pueden considerar es la presencia del engaño, porque Tom Ryddle, antes de los sucesos, se encuentra involucrado con otra mujer, como le señala su hermano Morfin Gaunt “La ha llamado ‘querida’. Ya ves, de cualquier modo no te habría querido a ti” (Rowling 205) y, al hacer uso del filtro, empuja al padre de Voldemort a la infidelidad. No hay un reproche social tan dramático como se observa en Tristán e Iseo, porque no hay evidencia de un matrimonio de por medio entre Tom y esta mujer misteriosa, pero también porque la muerte sorprende a Merope un año después de su matrimonio y ésta nunca tuvo ocasión de confrontar a la sociedad por romper una relación o por hacer uso de un brebaje para engañar a un hombre.

Y he allí una de las principales diferencias que se pueden señalar: Tristán e Iseo son ambos víctimas del filtro, porque lo beben sin saber, mientras que Merope se lo administra conscientemente al padre de Voldemort. Ella es la que está en control de las acciones de este hombre, la que lo ha engañado. A pesar de esto, no parece necesario tacharla como una villana, porque, a fin de cuentas, a pesar de las acciones que la habían conducido a un camino reprochable, ella termina por dejar de darle el filtro, devolviéndole la voluntad a Tom. La causa detrás de esta decisión denota el carácter ingenuo de la mujer, que creyendo que el amor puede crearse a partir de artificios, está convencida de que Tom se ha enamorado de ella o que ha de quedarse por el bien del hijo de ambos (Rowling 209).

El conjunto de similitudes y diferencias da la posibilidad de decir que ambas historias son tragedias de amor, porque Tristán e Iseo, que se vuelven a enamorar después de que el filtro pierde efecto, siguen estando condenados por su situación a estar separados en vida, hasta que al final ambos mueren por amor. Tom, en cambio, abandona a una Merope embarazada después de que ésta deja de darle el filtro y ella, en última instancia, muere poco después de dar a luz. Podría argumentarse que Tom Ryddle murió por amor, pero también por falta de este. Por amor, porque Voldemort fue el fruto de una relación con visiones retorcidas del amor, y por falta de éste porque la muerte de Merope le impidió amar a su hijo y esta orfandad fue una de las claves en el proceso que convirtió a Voldemort en un villano capaz de asesinar a su propio padre.

Al final, la percepción social del filtro recae en las acciones de los individuos, más que en su uso. En Harry Potter, si bien el filtro está prohibido en la escuela, allí se enseña a preparar la Amortentia, “el filtro de amor más potente que existe” (Rowling 182) y uso, fabricación y venta en general está permitido por parte del Ministerio de Magia. Aun cuando hay un incidente en la escuela con un filtro de amor que le es administrado a Ron Weasley sin su consentimiento, el hecho pasa desapercibido. Recibe más interés el envenenamiento que él mismo sufrió, puesto que se menciona que “El consejo escolar querrá cerrar el colegio para siempre” (378). La responsable detrás de la administración del filtro no es ni siquiera castigada. Por mucho que como lector se considere que es incorrecto el uso de este tipo de pociones que coartan la voluntad del individuo, la sociedad en la que se desarrolla la historia parece empeñada en no darle importancia.

Esto resulta interesante de analizar, sobre todo si se contrasta con la prohibición que tiene la Maldición Imperius, que también funciona como método de esclavitud. De hecho, cuando Dumbledore le cuenta Harry la historia de los padres de Voldemort, la suposición de éste deriva tanto en un filtro de amor como en el uso de la Imperdonable. Ambas ponen en peligro el libre albedrío, ambas se prestan para el abuso, ambas son reprochables ante los ojos del público moderno y, sin embargo, sólo una de ellas conlleva la cárcel. Una de las razones puede ser porque los efectos del filtro de amor se desvanecen después de 24 horas de su uso o porque pueden ser contrarrestados con un antídoto que cualquiera puede administrar (370), mientras que la Maldición Imperius sólo puede ser retirada por quien la lanza, por voluntad propia o en caso de su muerte.

De igual forma, el uso del filtro de amor en Tristán e Iseo, que resulta primordial dentro de la trama por ser la causa del adulterio, palidece ante la reacción del rey por los actos cometidos por los amantes. Él quiere ver “arder a su sobrino y a su esposa” (Béroul 883), mientras que el pueblo clama por un juicio justo. Aun cuando ambos logran huir, el rey Marco sigue empeñado en asesinar a Tristán, en condenar a Iseo y todo por el engaño. El uso del filtro pasa a un segundo plano, ni siquiera la sociedad se entera que fueron víctimas de éste y el mismo pecado también es perdonado puesto que “Cuando hombre y mujer han pecado / y, tras haberse unido, se separan, / si acuden a penitencia / … Dios les perdona su culpa” (2345-49). Aunque el filtro es causa directa del adulterio, no es por su uso por lo que se les condena. Se podría argumentar incluso que, de haber admitido el engaño haciendo énfasis en la imposibilidad de detenerse debido a los efectos del brebaje y el arrepentimiento una vez estos se desvanecen, los amantes podrían haber constituido una defensa convincente de sus acciones, pero Tristán e Iseo callan a causa del consejo del ermitaño Ogrin y deciden mentir para salvar sus vidas. La posibilidad de ser condenados por la infidelidad es más preocupante para ellos, que revelar el error del cual cayeron víctimas.


Embotelle y ¡listo!

La tragedia amorosa de Tristán e Iseo sobrevive en la memoria colectiva y se pueden observar la utilización de muchos de sus elementos en diversas obras de la literatura universal, como los jóvenes amantes que mueren a causa de un amor prohibido en Romeo y Julieta, el amor adúltero en Anna Karenina o el mismo uso de la magia como un artilugio para enamorar a alguien que se ve en La tragicomedia de Calisto y Melibea. Sin embargo, la lectura que se hace de estas circunstancias y de las consecuencias que acarrean ha cambiado con el tiempo.

Aunque Harry Potter sea una historia con una dimensión de lo maravilloso es, ante todo, un reflejo de los valores contemporáneos que la modernidad puso sobre la mesa. Si en los siglos XII y XIII las consecuencias más graves del uso del filtro del amor en Tristán e Iseo son el adulterio y el abandono de la condición social que éste suscitaba, en Harry Potter es la falta del libre albedrío, la esclavitud a la que es sometido Tom Ryddle. Aquí el rechazo social al filtro es un reflejo de la modernidad en la que la libertad del individuo está por encima de todo. El dilema del filtro de amor no tiene que ver con concepciones morales, sino éticas, se trata de respetar la libertad de decidir, de hacer lo que se desea, pero también de no ser forzado a hacer lo que no se quiere (Bassham 88).


Notas finales

[1] Hay una gran variedad de filtros de amor en Harry Potter, cada uno con recetas distintas, sin embargo, el polvo de perla es el único de los ingredientes presente en todas.

[2] En La cámara secreta, Gilderoy Lockhart sugiere que Severus Snape prepare filtros de amor con motivo del día de San Valentín para darles a los estudiantes. Molly Weasley, en El prisionero de Azkaban, también admite haber preparado un filtro de amor durante sus años escolares y Ginny Weasley cuestiona la eficacia de la fórmula usada por sus hermanos, quienes los venden en su tienda en El misterio del príncipe.

[3] Para efectos prácticos y evitar confusiones dado que ambos tienen el mismo nombre, usaré Tom Ryddle y Voldemort para denotar a padre e hijo, respectivamente.


Referencias

Bassham, Gregory. “Love Potion No. 9 ¾ “. The Ultimate Harry Potter and Philosophy: Hogwarts for Muggles. John Wiley & Sons, 2010, págs. 118-137.

Berenstein, Adolfo. “El amor-pasión”. Trama y fondo: revista de cultura, no. 35, 2013 págs. 7- 8, http://www.tramayfondo.com/revista/libros/157/AdolfoBerenstein.pdf. Accedido el 19 de febrero de 2023.

Béroul. Tristán e Iseo. Cátedra, 2006.

Hernando, Ana María. “Las dos Isoldas y el filtro de amor.” Ponencia presentada en las VIII Jornadas Internacionales de Literatura Española Medieval y Homenaje al Quijote. Universidad Católica Argentina, 2005. https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/4106. Accedido el 18 de febrero de 2023.

Rougemont. Denis de. El Amor y Occidente. Kairós, 1993.

Rowling, J. K. Harry Potter y el misterio del príncipe. Salamandra, 2012.