Olympe de Gouges, entre la pluma y la guillotina
Valerie H.
El 30 de octubre de 1793, la Convención Nacional clausuró la Sociedad de Mujeres Republicanas Revolucionarias y declaró ilegales todos los clubes y asociaciones de mujeres. Cuatro días después, la escritora, dramaturga y activista política Olympe de Gouges fue guillotinada.
La situación de las mujeres en Francia previa a la Revolución estaba marcada por la desigualdad y la discriminación en múltiples aspectos de la vida social, política y económica. En términos legales y sociales, las mujeres estaban subordinadas a los hombres y tenían un estatus legal y político considerablemente inferior. No tenían derechos políticos ni acceso a la educación formal en la misma medida que los hombres. Las mujeres de todas las clases sociales estaban sometidas a las leyes patriarcales que limitaban su capacidad para poseer propiedades, participar en la vida pública o tener una voz en asuntos políticos (Huffton, 1992).
Las pertenecientes a las clases trabajadoras enfrentaban condiciones laborales extremadamente difíciles en fábricas, talleres y campos, donde trabajaban largas horas por salarios bajos y enfrentaban abusos por parte de los empleadores. Muchas mujeres de las clases populares también estaban sujetas a la explotación y al abuso doméstico dentro de sus propios hogares. Las mujeres de la nobleza y la alta burguesía, por otro lado, tenían un estatus social más elevado, pero aún estaban limitadas por las expectativas sociales de género que las relegaban al papel de esposas y madres, sin tener voz en la esfera política o legal.
Durante la Revolución Francesa, surgieron discusiones sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género, especialmente a medida que se desarrollaban los debates sobre los derechos humanos y la ciudadanía. En París, por ejemplo, las mujeres escribieron y presentaron numerosas peticiones exigiendo cambios en las condiciones de sus trabajos y arreglos domésticos; en una época en la que las discusiones políticas se daban en las plazas públicas, “women formed their own clubs and associations and played prominent roles in revolutionary festivals” (Diamond, 1994).
La Revolución Francesa abrió el camino para discusiones más amplias sobre la igualdad y los derechos humanos, pero en muchos aspectos, las mujeres quedaron marginadas de los beneficios de estos cambios. En esta sociedad, eran vistas desde dos perspectivas: “praiseworthy revolutionary women (…) who sacrificed themselves for family, religion and heroic virtue, and (…) decadent or unnatural women” (Diamond, 1990), aquellas que impulsaban a las mujeres a hacer parte activa de la revolución y alzar la voz sobre su condición social. Estas mujeres eran usualmente retratadas en panfletos, tanto republicanos como realistas, como monstruos, desviadas sociales o histéricas, reforzando la idea de que a una mujer nunca se le debía dejar salir a la esfera pública, sino confinarla al hogar (Hufton, 1992).
La vida y obra de Olympe de Gouges destacan como un testimonio de compromiso en la lucha por la igualdad y la justicia durante la Revolución Francesa. Nacida como Marie Gouze en 1748, adoptó el nombre de Olympe de Gouges cuando comenzó su carrera como escritora y activista. Su legado, en la contemporaneidad, perdura como una de las primeras defensoras de los derechos de las mujeres y los derechos humanos en general.
Olympe de Gouges emergió como una escritora prolífica durante una época tumultuosa en la historia de Francia. Sus obras literarias abordaron temas sociales y políticos con una voz audaz y perspicaz. Como dramaturga, creó diversas obras teatrales que desafiaban las normas sociales y políticas de su tiempo. Sus dramas, como La esclavitud de los negros, arrojaron luz sobre la injusticia de la esclavitud y abogaron por la emancipación de los esclavos, anticipando así la lucha por los derechos humanos que continuaría mucho después de su muerte.
Esta obra, como muchas de sus otras, tuvo una recepción mixta entre el público y la crítica fue “usually negative and characterized by an incredible misogyny” (Thiele-Knobloch, citada en Le Hir, 1994), hasta el punto en que la autora pasó a ser vista como una iliterata, una pésima dramaturga, o una farsa.
Considerada como la primera obra de teatro abolicionista de Francia (Diamond, 1990), La esclavitud de los negros consiste en una doble trama: una hija abandonada busca a su aristocrático padre, y un esclavo fugitivo huye de una injusta sentencia de muerte. El esclavo salva a la hija ilegítima de un naufragio; ella lo salva de la ejecución cuando se reconcilia con su padre perdido, el gobernador de una colonia y dueño de esclavos. A pesar de esta reconciliación entre hija y padre y esclavo y dueño de esclavos, en la que este último se ofrece a liberarlo sólo para ser rechazado, bajo el alegato de que no podría tener mayor alegría que permanecer al servicio de un amo tan querido, la obra expone las realidades sociales que hacen que un final tan feliz, esclavos y soldados coloniales bailando juntos, sea, además de absurdo, incongruente.
Para muchos críticos, resulta difícil conciliar el autoproclamado republicanismo de De Gouges con su aparente monarquismo, expresado en esta obra (Diamond, 1990). Sin embargo, como una narrativa política, la misma ofrece un análisis de las opciones políticas de Francia durante la Revolución de 1789: una monarquía, y no una república, que estaba en el proceso de ser renovada bajo los principios democráticos (Le Hir, 1994). Este contexto refleja la compatibilidad percibida entre la monarquía y el ideal democrático proclamado en la Declaración de los Derechos del Hombre de ese mismo año.
No obstante, es su Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadanía la que la consagró como una figura emblemática del feminismo y los derechos humanos. Publicada en 1791 como respuesta a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano la declaración de De Gouges exigía la igualdad de derechos civiles, políticos y económicos para las mujeres, desafiando las estructuras patriarcales de la sociedad francesa.
Con el “Man, are you capable of being fair? A woman is asking” (De Gouges, 1791) con el que iniciaba su declaración, Olympe de Gouges se afirmó en la lucha incansable por la igualdad y la justicia en un momento de agitación política y social. Sus escritos y acciones desafiaron las injusticias de su tiempo y abogaron por una sociedad más inclusiva y equitativa. Creía firmemente en la necesidad de una revolución que no sólo derrocase a un régimen opresivo, sino que también sentara las bases para una sociedad más justa e igualitaria. Su visión de la revolución iba más allá de la mera sustitución de un grupo gobernante por otro; abogaba por un cambio radical en las estructuras sociales y políticas que perpetuaban la desigualdad y la injusticia. Sin embargo, su activismo y sus ideas radicales la llevaron a enfrentar la persecución y la represión por parte del Terror.
Esta declaración, dedicada a María Antonieta con el "This revolution will only be complete when all women are aware of their deplorable fate and of the rights that they have lost in society” (De Gouges, 1791), fue otro clavo más en su ataúd, así como el defender a los girondinos y criticar a Robespierre y Marat llegando incluso a mencionar el riesgo de dictadura bajo sus duras políticas (Arias Bautista, 2012).
En agosto de 1793 fue detenida bajo la acusación de ser la autora de un panfleto a favor de los contrarrevolucionarios y de conspirar contra el régimen. Sometida a juicio por el Comité de Salvación Pública, el órgano de gobierno revolucionario durante el período del Terror, fue declarada culpable y ejecutada por guillotina el 3 de noviembre de 1793, en la misma ola de represión que afectó a muchas otras figuras políticas y culturales durante la Revolución Francesa. Su ejecución refleja los aspectos más oscuros y radicales del período del Terror, cuando las autoridades revolucionarias buscaban eliminar a cualquier persona percibida como una amenaza para el orden establecido.
A pesar de su trágico final, Olympe de Gouges dejó un legado perdurable como una de las primeras voces en la lucha por los derechos de las mujeres y los derechos humanos en general. Su compromiso imparable ha inspirado a generaciones posteriores de activistas y defensores de la igualdad. Su vida y obra nos recuerdan la importancia de alzar la voz contra la injusticia y luchar por un mundo más justo y equitativo para todos.
Referencias
Arias Bautista, M. T. (2012). Los principios de Olympe de Gouges: culminación de una ideología “revolucionaria”. Revista Internacional de Culturas y Literaturas, 12, pp. 7-21. http://dx.doi.org/10.12795/RICL.2012.i12.01
De Gouges, O. (1791). Declaration of the Rights of woman and the citizeness, dedicated to the Queen. Olympe de Gouges. https://olympedegouges.eu/docs/declaration-des-droits-de-la-femme.pdf
Diamond, M. J. (1990). Olympe De Gouges and the French Revolution: The Construction of Gender as Critique. Dialectical Anthropology, Vol. 15, No. 2, pp. 95-105. http://www.jstor.org/stable/29790339
Diamond, M. J. (1994). The revolutionary rhetoric of Olympe de Gouges. Feminist Issues, 14, pp. 3-23. https://doi.org/10.1007/BF02685649
Hufton, O. H. (1992). Women and the Limits of Citizenship in the French Revolution. University of Toronto Press. https://archive.org/details/womenlimitsofcit0000huft
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